Comentario
Durante el dominio de los qutu, época muy mal conocida por la carencia de fuentes, algunas ciudades sumerias (Uruk, Lagash, Umma, Ur, por ejemplo) fueron capaces de organizarse e incluso una de ellas, en concreto Uruk, con su rey Utukhegal (2123-2113) al frente, tuvo el empuje suficiente para expulsar a los invasores.
Con estas ciudades y sus correspondientes Dinastías se vivió el último período de esplendor de la civilización sumeria, durante el cual se llevaron a cabo grandes realizaciones materiales y notabilísimas obras de arte.
A la floreciente Dinastía de Lagash, con la atrayente -y enigmática- figura del ensi Gudea (2141-2122), que a tan altas cimas supo llevar el arte neosumerio, le puso fin la ciudad de Ur, la cual tomó la iniciativa política, llegando a cohesionar su primer rey Ur-Nammu (2112-2095) todo Sumer y Akkad y formar un Imperio que se mantuvo más de cien años. Bajo su último rey, Ibbi-Sin (2028-2004), después de varios intentos de defensa contra las semitas occidentales y los elamitas orientales, un semita vasallo, gobernante en Mari, se apoderó del país. Con esta acción, Mesopotamia volvía a disgregarse en pequeñas ciudades-Estado, las cuales pusieron fin definitivamente a la historia sumeria.